por Fernando Benedetto.
Con la
creación del aeroplano a principios del Siglo XX, Francia fue la primera nación
en reconocer y poner en práctica las capacidades militares del mismo,
siguiéndola Alemania, Inglaterra, Rusia, Bélgica, Italia y los EE.UU.
El entusiasmo
fue generalizado y rápidamente, el 19 de julio de 1912, se creó la “Comisión
Central Recaudadora de Fondos Pro-Flotilla Aero-Militar Argentina”,
recayendo la dirección de la misma en los entusiastas barón De Marchi,
presidente de la Sociedad Sportiva Argentina y del Ing. Jorge Newbery,
cabeza del Aero Club Argentino.
Las donaciones
no cesaban y en tiempo record se recaudaron grandes cantidades de dinero, que
sumado al recibido por las rifas, estampillas y tarjetas postales alusivas dio
acabada muestra del apoyo del pueblo argentino que con su generosidad dio el
impulso y la confianza necesarias.
Así se llega
al 10 de agosto de 1912 con la firma, por parte del presidente Roque Sáenz Peña
del Decreto que significó la génesis de la Aviación Militar
Argentina (BM 696 2º Parte); ese histórico sábado nacía la Escuela de
Aviación Militar (EAM), primera unidad aérea militar del país. Fue
inaugurada el 8 de setiembre, siéndole cedidos los terrenos del Potrero del Palomar, convirtiéndose
inmediatamente en el organismo rector de la actividad aérea nacional, dependiente
directamente del Ministerio de Guerra para asesorarlo en todas las cuestiones
relacionadas con la navegación aérea.
El tiempo
transcurría en la preparación de alumnos, del Ejército Nacional, de la Marina de Guerra y de otras
Fuerzas Militares vecinas, se avanzaba con entusiasmo, dejando buenos hombres
en el camino, mártires como Manuel Félix Origone, Jorge Newbery y tantos otros
que dieron sus vidas por el progreso de la aviación, volando en raides hacia
los cuatro puntos cardinales y uniendo los confines de la patria, estrechando
también los lazos de amistad con naciones hermanas.
Tal fue la
especialización que se requería a la Aeronáutica Militar ,
que sólo podía desarrollarse en la Dirección General de Ingenieros de la que dependía la
actividad aérea. Con la creación del Servicio
Aeronáutico del Ejército, el 21 de marzo de 1919 (BM 5294 1º Parte),
se continúa evolucionando para poder suplir todas las necesidades aeronáuticas;
ya no era sólo un instituto de formación, ahora la EAM pasaba a depender de este
Servicio que incluía además Centros Militares de Aviación, Talleres de
Aeronáutica, Parque de Material Aeronáutico y Escuadrillas Divisionarias como
unidades de combate, estas últimas finalmente no llegan a concretarse pero su
concepción sirvió para marcar el rumbo.
La década del
`20 trae consigo un entusiasmo sin parangón que se canaliza en vuelos de la envergadura
de la Doble Travesía de la Cordillera de los Andes efectuado por los
capitanes Pedro Zanni y Antonio Parodi. La aviación contaba con hombres que con
arrojo, tenacidad y perseverancia ofrecían todo apostando al futuro. En esta
entrega, se encuentran oficiales como el teniente aviador Benjamín Matienzo que
entregó su vida tratando de doblegar los picos de la otrora inconquistable
Cordillera.
El constante
crecimiento determina la disolución de la EAM para crear, el 1 de febrero de 1922 (BM 1602, 2º Parte), el Grupo Nº 1 de Aviación
que contaría con su propia Plana Mayor, Escuadrillas de Combate, Parque de
Aviones, Sección Fotográfica, Sección Entrenamiento y Talleres. Ese mismo crecimiento
fue el que provocara la descentralización de los servicios de la Dirección General
de Arsenales en lo que respectaba a la Dirección del Servicio Aeronáutico, en una clara
muestra de necesidades logísticas propias para el ámbito de la Aviación Militar
para que pudiera adquirir, fabricar, reparar, aprovisionar y poder controlar
con independencia todo el material aeronáutico (BM 1774, 1º Parte – 24/08/1923). Ya el General Mosconi había expresado:
“La creación
del Grupo Nº 1 de Aviación echará pues las bases de nuestra Fuerza Aérea, de la
cual constituirá el primer organismo capaz de proveer, por su desdoblamiento, a
las necesidades verdaderamente militares. Después de este primer paso
definitivo, queda un amplio programa aeronáutico por desarrollar, que considero
desde todo punto de vista esencial para conservar nuestra significación en el
concierto continental y para asegurar nuestro porvenir nacional”.
El 26 de enero
de 1925 vuelve a entrar en funciones la
EAM (BM
1932, 2º Parte) con la misión principal de formar pilotos militares y
operarios especialistas de aviación; la actividad se iba haciendo más compleja
y profesional, ya se contaba con cincuenta y cinco aeronaves organizadas en
escuadrillas de Exploración, Artillería y de Caza. Dos años después por Decreto
del 4 de junio de 1927 (BM
2171, 2º Parte) se crea la Dirección General de Aeronáutica (DGA) –sobre la base del
Servicio Aeronáutico-, reconociéndole a la Aviación Militar
un nivel superior al de cualquier Arma. Como gran repartición contaba con su
propio Comando, lo que sintomáticamente significaba una autonomía fundamental
para su operación y desarrollo.
Se avanzaba
sobre la idea de volcar la actividad a misiones que excedieran las ya obsoletas
tareas de apoyo a la artillería, en pos de una actividad aérea volcada a una
visión estratégica de su desempeño; ya en 1929 el jefe de la DGA , coronel Jorge Crespo
nombraba a la Aviación Militar ,
literalmente como “Fuerza Aérea” y la equiparaba al Ejército y a la Marina al considerarla “como
tercera potencia de la Defensa Nacional ”. En concordancia con esto, en 1931, la DGA propone la creación de una
Subsecretaría de Aeronáutica para aprovechar de manera más eficiente los
elementos de aviación y organizar su empleo. La idea venía lentamente cobrando
forma desde hacía un año, se había acelerado la construcción de aeronaves en la Fábrica Militar de Aviones y apenas en 1935 se
instituye la Sección Aeronáutica
en el Colegio Militar de la
Nación para que se pudieran reclutar de manera directa sus
aspirantes a oficiales (BM
3036, 2º Parte, 27/08/1935) que, junto con la sanción
de la Ley 12257 (BM 3057, 2º Parte. 06/10/1935) de creación del Escalafón del Arma de Aviación del Ejército, son
una clara e inequívoca muestra de identidad. Aquí se materializaban algunas de
las ideas de Mosconi quien, con su espíritu innovador, creía fehacientemente en
orientar la defensa nacional sobre la base de la importancia que paulatinamente
iba tomando la Aviación Militar.
Se estaba logrando dejar atrás la arcaica visión del medio aéreo como si fuera
apenas una rama de los servicios existentes; el predominio de la Aeronáutica en los
tiempos que corrían había demostrado, en la práctica, su alcance y el lugar que
merecía y por el que se trabajaba.
Con la
creación de la División Aérea Nº1 (Dec. 86172-BMR 973-14/07/36)
todos los grupos de la
Aeronáutica se organizan en Regimientos Aéreos, dándose otro
importante paso con la puesta en funciones del Comando de las Fuerzas Aéreas
del Ejército y su Estado Mayor, nombrándose como jefe al general de brigada
Armando Verdaguer, quien tuvo bajo su mando la totalidad de los medios aéreos y
de la defensa antiaérea nacional (Dec. 95812-BMR 1021-11/11/36; Dec. 99055-BM 1038-06/01/37 y Dec. 95811-12/12/36). Justamente este alto jefe militar fue quien, en el libro Aeronáutica Militar 1912-1937, publica
un artículo titulado La
Fuerza Aérea Argentina en donde, con su opinión,
refrenda la importancia de llegar a una independencia del arma aérea:
“Por una
acción decidida del PE la Aviación Militar ,
con la designación de Fuerzas Aéreas del Ejército, está alcanzando, por la creación
de unidades operativas, su constitución como Ejército del Aire, es decir, está
aproximándose a la realización de la idea de constituir la Fuerza Aérea Argentina, capaz
de cooperar eficientemente en la defensa nacional, en estrecha unión con el
Ejército y con la Marina
de Guerra.
Quedaba claro
que el fin último era la de preparar el terreno para que, en poco tiempo se
alcanzara el máximo de autonomía, lográndosela con la creación del Comando de
Aviación de Ejército, con el fin de que absolutamente toda actividad
relacionada con la aviación se originara y se llevara a cabo en este ámbito (Dec. 7845-BM 1304-08/07/38).
Se llegaba así
a un punto de inflexión; hacía falta una indispensable “unidad de criterio” para
encarar todo lo relacionado con el espacio aéreo, tanto en el ámbito militar
como en el civil. Siguiendo entonces esta premisa, en 1944, se crea el Comando
en Jefe de Aeronáutica, dependiente directamente del Ministerio de
Guerra, constituyéndose así la Fuerza
Aérea Militar con todas las unidades
aéreas que habían evolucionado desde 1912 (Dec. 3629-BMR 2113-11/02/44).
Los considerandos del Decreto contemplaban, a corto plazo, el traspaso íntegro
de la ahora Fuerza Aérea Militar a la Secretaría de Aeronáutica, que sería creada para
terminar de darle el espacio operacional y de independencia que semejante
estructura aeronáutica exigía.
Ya el jefe de la
Aviación , general Jorge J. Manni había dicho en 1943:
“Aún hoy, frente a la insistente y melodramática prueba del
predominio de la aviación, los mismos profesionales a la vieja usanza continúan
escribiendo y hablando de la aeronáutica militar como si sólo fuera una rama de
los servicios existentes, como un aditamento moderno a las fuerzas de
superficie. Parecen psicológicamente incapaces de reconocer el carácter
principal y primario de la aviación...”
Precisamente el ministro de guerra, coronel Juan Perón, quien
conocía profundamente la importancia de la aviación, siguiendo su progreso, fue
uno de los principales impulsores de su definitiva independencia. Consideraba a
la Fuerza Aérea
como pieza clave para la obtención del éxito en los conflictos además del
reconocimiento que merecía el avión como medio de transporte y de unión. Creía
necesario acercar a la población civil a una actividad que cada día tenía más
influencia en la vida de la
Argentina y, para encauzar todo, como coronación de todas las
medidas que se habían ido tomando desde hacía años, para integrar
definitivamente la actividad aeronáutica civil y militar, y ese momento llega
el 4 de enero de 1945 (Dec
288-BMR 366-04/01/45–BAP 1), mediante la promulgación
del Decreto 288:
“Creando la
Secretaría de Aeronáutica, dependiente del Poder Ejecutivo de
la Nación , e
independientemente del Ejército, quedando la misma a cargo de un Secretario de
Aeronáutica, que tendrá la categoría de Ministro Secretario de Estado y será
integrada por la Aeronáutica Militar
y los Organismos, Direcciones Generales y demás dependencias que constituían el
actual Comando en Jefe de Aeronáutica, el cual cesa en sus funciones.
Disponiendo además que se transfieran a la Secretaría de
Aeronáutica, los bienes materiales, fondos y créditos de toda naturaleza que
tenga finalidad aeronáutica, debiendo incorporarse para lo sucesivo en el
Presupuesto General de la
Nación ”.
foto: Claudio Pantanelli.
foto: Claudio Pantanelli.
No hay comentarios:
Publicar un comentario