Conferencia sobre las operaciones de la Fuerza Aérea en la Guerra de Malvinas - 3 parte.
1 de Mayo "Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina"
El 01 de mayo empezó lo que nadie quería. “La guerra”. A las 04:00/04:40 horas, dieciséis bombas de mil libras cayeron sobre
Se produce el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea. Atacar un barco no es una cosa fácil, sobre todo cuando se debe llegar al barco y se debe volar sobre el barco. Los pilotos que combatieron pelearon por su país, por su bandera, por sus símbolos y por sus creencias. Actuaron con tal decisión, con tal valentía y con tantas ganas de defender a la gente de las islas, que hicimos retroceder a la Fuerza de Tareas, causándole daños severos que los obligaron a alejarse de las islas y pedir refuerzos para poder cumplir con su plan político y militar: “Echar a las Fuerzas Armadas desplegadas en las islas, por la violencia, por el empleo de la fuerza, sin ningún tipo de privilegio, dádiva o contemplación” y ni que hablar de soberanía. Por su parte, el objetivo político-militar argentino, de la Junta Militar fue: “Cambiar el humor social de una sociedad descreída y llena”, utilizando un objetivo que era caro a nuestra ciudadanía. Todos sabemos que desde niños a las Malvinas les tenemos un cariño muy especial y las queremos.
A partir de ese momento el Comando de Operaciones del Atlántico Sur pasa a ser una entelequia. ¡No existió más!, y lo sumo porque a toda la gente que había en las islas, había que alimentarla, defenderla, asistirla, en una palabra dependían exclusivamente de esos aviones logísticos que mandábamos saltando barcos de noche, con condiciones meteorológicas adversas y de los aviones de combate, tripulados por piloto metido en esos cascajos, que se veían obligados a enfrentar al enemigo por pudor, por vergüenza, defendiendo el honor de su pueblo.
Aquí están presentes muchos de los pilotos que tuvieron que combatir, que obedecer ordenes, pero eso fue posible porque había un entendimiento de la cabeza hacia los pies y viceversa, y no se les mintió jamás. Siempre se les dijo la verdad, siempre se los iba a visitar cuando había bajas, y todo lo demás, y se fueron sucediendo los hechos, hasta que llegamos al famoso desembarco, no les puedo contar parte porque estaríamos dos semanas hablando. Llegamos al desembarco que estaba previsto para el 18 de mayo, circunstancias técnicas de mal tiempo y todo lo llevaron al 21. A todo esto, yo les dije a Ustedes que nos habían dicho que en esos lugares, que nosotros habíamos signado como posibles, nos dijeron que no se podía, porque era poco profundo y había piedras. Paralelamente al gobernador de las islas, el componente naval le dijo exactamente lo mismo, o sea que cuando a él le dicen que estaban desembarcando en San Carlos, no lo creyó. Entonces, a pesar de todo el cúmulo de información que venía, mandaron un avión naval a averiguar si eso era cierto. Si les contó que era cierto. El Almirante Woodward hace un párrafo ahí, dice que de golpe apareció este avión volando a ras del agua, que hizo uso de los cañones y de cohetes, un viraje brusco y se fue, dicen que fue tan rápido todo eso que no tuvieron tiempo ni para apuntarle. Sin embargo, 3 disparos le pagaron a una pantalla de radar y esquirlas hirieron a 3 marineros muy cerca del corazón. Ese fue el primer ataque que recibió la Antílope , que recibió varios ataques después.
Nosotros ya teníamos la información, por parte del componente aéreo en Malvinas de lo que estaba sucediendo y como teníamos los aviones preparados, nos largamos. El tiempo y todo lo demás, era malo, pero los ingleses no nos esperaban, y los sorprendimos. Ahí empieza lo que se llamó la Batalla Aeromarítima de San Carlos. Ya ha sido definida por mucha gente como la batalla de mayor dureza que ha existido jamás, incluso comparándola con la II GM. El daño que se le infligió a la flota inglesa fue superior a cualquier daño, del que se le infligió en la II GM a cualquiera de las Armadas porque fueron 44 días con muchísimo daño, para ellos y para nosotros.
La forma de volar nuestra para poder acercarnos a las naves, hacía que cuando llegábamos al estrecho o a la islas voláramos bajísimo, a bajísimo nivel, eso tenía a favor varias cosas, una de ellas, es que los directores de tiro de las naves, no nos pudieran leer y si nos leían se confundían, por ese eco que venía de tierra, del mar y de los mismos aviones, pero tenía una contra: el CIC Malvinas, el sistema de control que teníamos montado con el radar en Malvinas, no nos podía proteger, entonces los pilotos tenían que afrontar todo lo que hubiera, y pasar por arriba de los barcos, y así fueron quedando muchos, hasta que, consolidada la cabecera de playa, empiezan a moverse.
Los ingleses no han dicho la verdad nunca. Ni la van a decir. Ellos sacaron una resolución, del Gabinete de Guerra de la señora Thatcher, que van a mantener el secreto por 90 años, y tal vez algunas cosas nunca se digan. Hay muchas cosas que no se van a decir jamás, porque ponen en evidencia la debilidad que tenía la flota. Si nosotros hubiésemos podido prepararnos en lugar de tener que enfrentar una cosa desconocida, y a través de los días ir pagando, pagando significa un hombre muerto, para obtener conocimientos, las cosas hubieran sido distintas. Hubiéramos dejado el cementerio de los barcos allá. Lo que no quiere decir que la guerra hubiera terminado.
Nuestra base en Darwin, la Base Cóndor , el 01 de mayo sufrió un ataque desbastador, demoledor, nos cañonearon con todo lo que tenían los barcos, y nos tiraron bombas de racimos, esas cluster que se desparraman, nos hirieron mucha gente, nos destrozaron el aeródromo, murió bastante gente, y tuvimos que sacar los aviones de allí, para preservarlos, y los llevamos al único lugar que podíamos, a Puerto Argentino no se podía, los llevamos a Borbón. Digo los llevamos, porque yo soy parte de la Fuerza Aérea , porque eso no dependía de mi, yo ahí estaba de intruso, los apoyaba todo lo que podía, trataba de arreglarles las cosas todo lo que podía, pero no eran subordinados míos, no me pertenecían, si bien simbólicamente los adscribí, y les dije que no los iba a abandonar nunca y nunca los abandoné, y el último día cuando todos levantaban la mano, decolaba un avión C-130 de la isla, que los ingleses no lo podían creer. Y habían derribado un Canberra.
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